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Relato: un esposo complaciente

Una chica complaciente 1803

Muy morbosa y complaciente. Conmigo no hay apuros ni engaños papi. Soy bien caliente me gusta que me den duro y me dejen complacida.

Conocí a Steven hace algunos años en una fiesta a la cual tuve la enorme suerte de ir. Antes que nada soy una mujer de 35 años, conservo un cuerpo equilibrado sobresaliendo una cara atractiva unos senos talla 36, unas piernas gruesas muy bien torneadas y provocativas, un pubis sobresaliente y un culo con un par de nalgas grandes, paradas, provocativas que resalto en mis especiales encuentros. Me gustaría compartir con ustedes uno de los que considero mis mejores encuentros sexuales con Steven en mi calidad de cómplice, encuentro que empieza una semana antes de mi cumpleaños. Yo lo llame a mi oficina en horas de la tarde y le pedí que me acompañara esa noche a una fiesta privada en mi apartamento, invitación que acepto gustoso. Al poco rato llegaron tres negros de contextura normal, los hizo pasar y les presente a Steven como mi amante y les dije que él era el que deseaba realizar esta fantasía, se sorprendió pero como siempre Steven siempre me seguía la idea. Los tres negros me rodearon, me empezaron a tocar y yo dirigí a sus bultos tanteando la provocativa mercancía negra que tenían, sintiendo como sus enormes vergas se empezaban a desenroscar como culebras. Los mande a sentar en la sala y mientras les servia unos tragos de coñac les pedí que se quedaran completamente desnudos, inclusive Steven.